Esta semana hemos realizado una práctica que consistía en
resolver una serie de incógnitas acerca de profesionales de la salud y sus
vidas personales y laborales. Este “rompecabezas” debía ser resuelto en grupos
de 5 o 6 personas con fin último de realizar un trabajo en equipo organizado y
estructurado. Tras haber terminado, tuvimos que sacar nuestras conclusiones,
tanto en conjunto como personales, acerca de nuestro comportamiento grupal.
Conclusiones
en grupo:
En nuestro equipo no se ha dedicado ningún tiempo para
la organización, salvo la adjudicación a un miembro del traspaso de datos
a una hoja en sucio. No han existido normas ni orden concretos, simplemente
alguno lanzaba una idea sobre el texto y entre todos razonábamos si tenía
sentido o no. Finalmente el moderador escribía en la hoja el resultado de
nuestras conclusiones. De hecho, no hemos creído necesaria mayor organización
en el equipo puesto que nos había tocado el trabajo más fácil y la metodología
del mismo ya estaba planteada.
Respecto a la participación, hemos participado todos. Hemos atendido a las pistas o
aportaciones que han dado los demás dando nuestra opinión al respecto. Por ello
hemos asumido y aclarado todos los errores que han surgido a lo largo del
trabajo.
Como conclusión consideramos que, para mejorar el
funcionamiento, el equipo debe precisar de una mayor organización del trabajo:
respetar los turnos de participación, mayor accesibilidad a la información y un
mejor lugar de trabajo. Como hemos dicho antes, la metodología ya estaba
planteada (con una tabla de distribución de datos), por lo que en cuanto nos
han dado el trabajo nos hemos puesto manos a la obra.
Conclusiones personales:
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